domingo, 23 de diciembre de 2007

Navidades de cine

Puesto que estoy en casa encerrado por uina gripe digna de ser denominada bubónica, mi único entretenimiento es el que me puedan proporcionar estas 4 paredes (que reconozco no es poco). Así que me he propuesto tragarme al menos 2 peliculas por día:

- El Halcón Maltés. Vale es un clásico gordo. Hay que verla. Primera sorpresa. La entonación de Humphrey Borgart casí por sí sola merece la peli. Sam Spade es chulo, muy chulo, y no sabes por dónde te va salir en ninguna parte de la peli. El argumento es intrincado, como lo es la novela original de Hammet. Me gusta como Spade desarma al pistolero del Gordo sin inmutarse, jugando con él hasta hacerle llorar. ¿Una mujer te quiere liar para utlizarte en sus intereses? Pues te metes en el juego, y cuando te vas a pringar se la juegas y sales limpio de barro. Un modelo de anti-héroe que se ha copiado luego muchas veces.

- 55 días en Pekin. ¿Una razón para ver esta peli que puede ser tachada de racista fácilmente? Ver el ataque de los madrileños vestidos de chinos boxers. Es lo que tiene estar rodada en las próximidades de Madrid. Charlton Heston a su rollo, de militar americano que termina con la camisa rota mientras licha contra el enemigo comunista... digo chino... digo bóxer. La Gardner algo madurita ya. Lo mejor, lo curioso de los escenarios, edificios, etc, sabiendo que es España, y que tuvieron que importar chinos de toda Europa.

- Help. Versión remasterizada en imagen y sonido. La pelicula es simpática, pero el argumento no es nada del otro mundo. Se hace entretenida por la música y porque Ringo es bueno haciendo reir. Por lo demás es un poco caótica (veo en los extras que los productores pedían localizaciones sobre la marcha, en plan "¿Por qué no hay escenas en Las Bahamas?"), e influenciada por el hecho de que los Beatles al completo, y parte del equipo, estuvieran todo el santo día fumando marihuana.

- Zelig. Ficción documental de Allen. A pesar de que éste género no es santo de mi devoción he de reconocer que me he entretenido con Allen haciéndose pasar por el hombre camaleón. Quizás se alarga un poco más de lo que da de sí la idea, pero sabiendo que es del año 83, quedan muy propias la falsas imágenes de los años 30.

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