jueves, 27 de diciembre de 2007

Navidades de cine 2

Abandonando la procastrinación retomo esta entrada, que llevaba durmiendo en modo borrador más de un mes.

Siguiendo con la dinámica de ver pelis mientras me recuperaba de esa gripe mortal que me atenazaba los bronquios, continué la visualización de films, cuya elección seguía en muchos casos un criterio fundamental; no levantarme del sofá.(si ya está en disco duro multimedia, mejor que mejor):

- La última noche de Boris Grushenko: Aprovechando que el DVD de Allen estaba metido me tragué esta comedia. La historia de este pícaro rusoenamorado de su prima en la Rusia zarista del XVIII está más que entretenida,

Sargento chusquero de los ejércitos del Tzar

a pesar de que al final el ritmo baje un poco, (como ocurre con la escena en la que se hace pasar por un enviado español, por supuesto bigotón y gordo y bajito, y su señora, más bigotona, gorda y bajita.

Pedazo de Embajador Español

- Bananas: Siguiendo con las sesiones de Allen, me vi por la tarde esta pedazo de pelicula. Me reí mucho con la historia de este proto-freak de los 70. Como dice el falso Joan Saura en Polonìa "Si no estabas en el PSUC, no mojabas nada. Políticamente hablando claro", pues hayá que va nuestro protagonista a una revolución latino-americana.

Si amigos es Sylvester haciendo de matón

Ya de por si el nombre es toda una invención. Fielding Mellish. El momento en el que los guerrilleros toman la capital, y uno de ellos acusa al dictador de turno, un tal Vargas de haber mataa cientos de inocentes. Al preguntar cómo se declara, dice "Culpable...pero con explicación". O como cuando el rebelde Expósito, una vez en el poder comienza a desvariar con las nuevas leyes, para acto seguido ser fusilado justo como en la escena anterior lo había sido el dictador. Muy entretenida.

El Comandante Allen

- Barry Lyndon: Estando ya por la noche desafie al sueño con esta de Kubrick. Muy buena. La narración en primera persona mantiene el interés sobre el personaje y sus circunstacias en todo momento. Hay quién pueda decir que es un pelín lentilla, pero es que estamos mal acostrumbrados en algunos casos. Gente que disfrute de mierdas dignas de telefilm como Terminator 3, que se abstengan de su visionado. Se da la circunstacia de que no pude llegar a identificarme, ni siquiera de sentir la más mínima simpatía por Lyndon. Pero en esto estriba parte del encanto de la historia. La parte final, ya como hacendado en Inglaterra no tiene la gracia que aparece en sus aventuras en la Guerra de los Siete años, o como protegido de un vividor jugador profesional.



Leyendo luego sobre el rodaje descubrí que Kubrick había rodado toda la pelicula con luz natural, incluyendo los interiores con luz de velas. Para ello tuvo que modificar una vieja cámara para adaptarle un objetivo Zeiss especial para satélites, con una luminosisdad enorme (F0.7 y distancia focal de 50mm).




1 comentario:

Anónimo dijo...

Casualmente yo tambien vi Barry Lyndon hace poquito. Es chula, aunque me sigue pareciendo un poco lenta.